miércoles, enero 31, 2007
I.- El cantar de un ave.
¡Canta hermana ave las alabanzas al Creador!, Dale gracias por los dones que has recibido de Él. Por tu hermoso plumaje sin saber hilar ni tejer. Por tu precioso cantar, espontáneo y único. Por las alas que te dió para volar, y el pico para comer y tu nido fabricar.
Por el alimento que te permite día a día conseguir, por tus patitas para sostenerte. Por tus hermosos hijos, apunto de nacer de los huevecillos. Por el árbol donde en alguna de sus ramas puedes fabricar tu nido. Por la luz del sol, para que puedas ver hacia donde te diriges. Por darte la oportunidad de desplazarte a un lugar donde haga más calor cuando se avecina el invierno.
Alabado sea el señor, por permitirme conocer tan hermosa especie, Alabado sea Dios, por crear tan hermoso ser como tú. Por permitirme escuchar tu cantar al alba y al ocaso. Por darme la vista para admirar tu plumaje, y el tacto para sentir alguna de tus bellas plumas al caer.
¡Ven hermana ave!, ¡Cantemos las alabanzas a Dios! Alabado sea su nombre por siempre y para siempre, somos dichosos de alabar su nombre de generación en generación.
Amén.
Por el alimento que te permite día a día conseguir, por tus patitas para sostenerte. Por tus hermosos hijos, apunto de nacer de los huevecillos. Por el árbol donde en alguna de sus ramas puedes fabricar tu nido. Por la luz del sol, para que puedas ver hacia donde te diriges. Por darte la oportunidad de desplazarte a un lugar donde haga más calor cuando se avecina el invierno.
Alabado sea el señor, por permitirme conocer tan hermosa especie, Alabado sea Dios, por crear tan hermoso ser como tú. Por permitirme escuchar tu cantar al alba y al ocaso. Por darme la vista para admirar tu plumaje, y el tacto para sentir alguna de tus bellas plumas al caer.
¡Ven hermana ave!, ¡Cantemos las alabanzas a Dios! Alabado sea su nombre por siempre y para siempre, somos dichosos de alabar su nombre de generación en generación.
Amén.
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