Así al atardecer, despeja mi huesudo miembro y miro los destellos amarillos contrastados sobre las verdes hojas de aquel arbol.
Es un cuadro cuyo artista es el creador. Es acuarela viva ante mis ojos. Es la hermana naturaleza a dos pasos de mi ventana. Es motivo para decir: Gracias Padre por un día más de vida, y por dejarme apreciar a mi amado hermano: el árbol.